Esta es una de esas escenas de viñeta que se retratan solas, y que tanto le gustan a nuestro dibujante de cabecera, Daniel Buitrón.
Sus lápices, que sacan punto a eso de los asuntos más 'nuestros', se fijan esta semana en la racha que llevan las múltiples obras en la ciudad en lo que concierte a toparse con … el gas.
Y no nos referimos a una especie de suerte de Ponferrada respecto al hallazgo de alguna bolsa de este cotizado recurso natural que se extiende bajo la ciudad, sino al pinchazo de las tuberías.
¿Es que no tienen planos las empresas que acometen estos trabajos sobre el trazado de las infraestructuras gasistas?.
Hace dos semanas fueron los vecinos de la calle Pontevedra del barrio de Flores del Sil, quienes pasaron algunas horas en sus casas porque los trabajos de arranque de plataneros provocaron uno de estos 'pinchazos', y la semana que despedimos tocó en la calle Obispo Osmundo de la zona alta. También confinados y sin guisar a mediodía.
Es lo que tiene tanta obra.
En todo caso cuidado, porque tantas noticias de obras que encuentran gas, pueden llamar la atención de indeseables como Putin o Trump, muy dados a estar atentos a esto de los recursos y las tierras raras.
Dados también a la luz de gas y a ser protagonistas informativos también cada semana. En esta que se despide, esa táctica de manipulación la sufrió Zelenski en una patética escenificación de Mr.Frenadol. Este tipo anaranjado le ha recordado al presidente ucraniano que va perdiendo (una guerra por invasión que nunca planteó), y que debe aceptar la visión expansionista de Putin para evitar males mayores. Vamos, que EEUU ya tiene su Calígula, personajes que brotan en la decadencia de los imperios. Y le hizo lo mismo que el romano al rey Ptolomeo de Mauritania cuando aceptó la visita a la ciudad imperial: Lo acabó matando.
Bien haría en recordar aquella cita de Maquiavelo: Quien tolera el desorden para evitar la guerra, primero tendrá el desorden y después la guerra.
Al menos aquí en Ponferrada estamos ya sondeando fuentes de energía bajo nuestros pies, aunque por ahora estamos pinchando en hueso de PVC.