En cuestión de días esta infraestructura turística abrirá sus puertas, tal y como confirmó el alcalde de Igüeña, Alider Presa, que pone las miradas en este próximo mes de abril para la inauguración del recinto inicialmente con una primera fase que dispondrá de un 50% de literas abiertas, lo que permitiría alojar a más de una veintena de personas, tanto peregrinos como turistas en general que quieran conocer los parajes de Igüeña.
Se trata de un enclave importante por dos razones. Primero, por sus rutas de senderismo y su proximidad con el Catoute. En segundo lugar, por el ambicioso proyecto para la recuperación de una de las vías de peregrinación a Santiago de Compostela que ha quedado en el olvido -de hecho, se conoce como el Viejo Camino o el Camino Olvidado-, en el que Igüeña tiene un peso importante.
Dos razones que llevaron al Ayuntamiento a apostar por un albergue de peregrinos que pueda dar servicio tanto a los peregrinos como a aquellos turistas que lleguen a Igüeña, y que se presenta como una alternativa complementaria a los establecimientos rurales privados.
“Ahora mismo es difícil encontrar un sitio para dormir en el valle del Boeza, casi desde Bembibre hacia arriba”, reconoció el alcalde, más allá de la iniciativa privada que tiene su segmento específico, “pero al público en general hay que intentar facilitárselo, porque no todo el mundo tiene una economía para poder alquilar una casa el fin de semana”.
El Ayuntamiento ha recurrido para su financiación a los planes provinciales de Diputación, con una aportación de la institución provincial de 84.000 euros. Pero el grueso de la inversión son los fondos propios municipios, otros 107.000 euros.
Todavía faltarían aproximadamente ortos 60.000 euros adicionales para completar la actuación al 100%, en concreto para la adecuación del 50% de las habitaciones, para las literas y el mobiliario, algo que el Ayuntamiento plantea completar de forma inminente y que no impide la apertura del complejo.
El alcalde apunta a la colaboración público-privada de las instalaciones. Por un lado, plantea que sea una vía de aprovechamiento para “que algún vecino tenga una fuente de trabajo”, sin descartar la implicación complementaria del Ayuntamiento.
Actualmente el turismo se presenta como una de las escasas vías de futuro para este municipio castigado por las políticas del Gobierno respecto al sector minero. Alider Presa reconoció que “el carbón es la salida natural, porque lo tenemos y se necesita, pero si todo el mundo piensa lo contario habrá que buscar otras alternativas”.
Y entre esas alternativas, las posibilidades son reducidas. “Posiblemente sea la única salida, pero yo me niego a pensarlo”, insistió el alcalde.