Hace tiempo que sabíamos que para el actual alcalde de Cacabelos, Adolfo Canedo, no existen más normas y leyes que las suyas propias, pero lo que ha sucedido en estos días de campaña clama al cielo. El partido popular comandado por este personaje ha excedido todos los límites posibles, por lo que creemos que es nuestro deber poner en conocimiento de los habitantes del municipio todos los desmanes que este grupo político ha cometido creyéndose en posesión de la verdad absoluta y dueños del pueblo.
Para empezar, el día de la pegada de carteles nos encontramos con la primera mentira, cuando descubrimos cómo engaña a su municipio haciendo aparecer en la foto a una persona que no forma parte de su candidatura, con la única razón de apoyar. Deje de hacer de palmero y haga el trabajo que no ha hecho durante estos cuatro años en los cuales ha abandonado a su pedanía en el mayor olvido absoluto.
Que nosotros sepamos las plazas, calles, farolas y postes del pueblo no estaban adjudicados como espacios electorales. Parece ser que el grupo popular puede hacer lo que le venga en gana, ya que ellos los han utilizado para pegar carteles de propaganda electoral y hacer mítines. No sabemos si con mucho o poco éxito, pero lo que sí sabemos es que los demás partidos políticos solo hemos tenido derecho a los espacios electorales reservados en los días y horas establecidos.
No debemos olvidarnos de que ya en época preelectoral, este señor, se dedica a hacer inauguraciones de cosas realizadas con fondos municipales fuera del plazo concedido para hacerlo. Su ego y su protagonismo no tienen límite. Por no decir que sigue utilizando el símbolo del ayuntamiento para promocionar actos (partido solidario entre payos y gitanos) dentro de la campaña electoral, ¿porque será que en cuatro años no se acuerda de nadie y ahora, de repente, le sale la vena humanitaria? a nosotros nos resulta muy extraño.
Ahora vamos a hablar de la mala educación que a él y a alguno de sus acólitos les caracteriza, en todos sus actos, redes sociales y entrevistas, ya que no supieron hacer otra cosa que descalificar con insultos, tanto al anterior equipo de gobierno como al actual candidato del PSOE, a su familia y como no, a los miembros de su lista. Lo más gracioso es que van de respetuosos con todo el mundo, palabra que, precisamente, a todos ellos les queda muy grande. Su campaña electoral se ha basado íntegramente en esto. No en los cuatro años de miseria en los que nos ha sumido con sus juicios, ni en un programa electoral que pueda cumplir en el futuro si es que gana las elecciones como él repite constantemente.
Por no hablar de sus maniobras para intentar llevar a su redil a los/as ciudadanos/as que ha echado por tierra en todo este tiempo, enviando a sus secuaces para intentar convencerles de que los juicios y demás maniobras para desacreditarles no fueron con mala intención.
Otra de las irregularidades que no consideramos correcta, es que hay momentos en que los ciudadanos del municipio no tenemos claro quién manda en el ayuntamiento y quien en la iglesia. A lo mejor, sin darnos cuenta y sin previo aviso, parece que se han cambiado los papeles desde que el cura da mítines y el alcalde sermones tratando de convencer a los/as feligreses/as de lo bien que han salido las procesiones, gracias a la Virgen, que ha protegido y ayudado para que la vida en el municipio fuera idílica aunque la realidad es bien diferente ya que sus habitantes han vivido un verdadero calvario. Que sepamos Dios y la Virgen no entienden de ideologías políticas sino de fe, ¿no les da vergüenza? Hagan el favor de ser respetuosos con sus propias creencias y no confundan a la gente con sus promesas electorales en pleno altar y retóricas baratas.
Como es natural, el Partido Socialista de Cacabelos, ha puesto en conocimiento de la Junta Electoral varios de los puntos desgranados en este escrito. No pretendemos otra cosa que desenmascarar a este personaje que solo basa su candidatura electoral en el gobierno socialista anterior, jugando sucio, aprovechándose la su situación personal y en la de su equipo de gobierno para convencer a los cacabelenses que sin él, nuestro municipio estaría perdido. Está claro, más que claro que su realidad no es la misma que la que tiene su pueblo después de todo este tiempo. El Sr. Adolfo, se ha creído tanto sus mentiras que se cree insustituible, pero lo único que ha demostrado en estos cuatro años es su total incapacidad para gestionar nuestro Ayuntamiento.