El yacimiento arqueológico de Castro Ventosa se despide este viernes de las vides que ocupaban el interior del recinto amurallado. Un tractor arranca desde esta mañana las viñas para dejar el “perímetro totalmente visitable”, según ha explicado el presidente del Consorcio Intermunicipal Castro Bergidum y alcalde de Cacabelos, Adolfo Canedo. La intervención cuenta con un presupuesto cercano a los 5.000 euros, aportados por el propio consorcio, formado por los ayuntamientos de Cacabelos y Villafranca, y se prevé que los trabajos estén listos en el plazo de una semana.
El año pasado, el Consorcio ya procedió al desbroce de los terrenos perimetrales y de la muralla. En ese momento, se notificó a los anteriores propietarios que este año se arrancarían las viñas, tal y como está sucediendo.
Plan director del CSIC
Canedo ha explicado que arrancar las vides del interior del recinto es el primer paso para recuperar el yacimiento, algo para lo que el presidente del Consorcio ha reclamado nuevamente un plan director del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que dirija las actuaciones que se lleven a cabo en el recinto. El presidente del Consorcio ha recordado que aún no tienen acceso al estudio sobre el subsuelo ejecutado por el equipo del arqueólogo Francisco Javier Sánchez-Palencia para conocer a qué profundidad se encuentran los restos arqueológicos, paso previo a la intervención en la zona.
A este respecto, manifestó que, aunque entendía el celo profesional de Sánchez-Palencia, reclamó una copia de dicho estudio para conocer cómo es el yacimiento y porque el Consorcio Intermunicipal Castro de la Ventosa “es el legítimo propietario” y “no debe haber tantas dificultades para poder acceder a dicha información”.
Canedo también recordó que hace años, durante el último Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se aprobó una inversión de seis millones de euros para este yacimiento pero, apostilló, “nunca se llegó a saber nada de esa intervención”.
Los terrenos de Castro Ventosa, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en los años 30, pasaron a ser propiedad del Consorcio en 2011. Desde entonces, según el alcalde “ha habido personas que han estado trabajando las vides y que no eran los propietarios”. Canedo ha recordado que “ésta no es una zona de producción agraria, es un yacimiento arqueológico”.