En su haber deja una estela de varios premios en países europeos, medalla de plata en el I Salón Hispano-Americano de la Fotografía, exposiciones en la mayoría de grandes ciudades españolas, portada en el boletín de la Real Sociedad Fotográfica Española… y sin embargo desconocido en su tierra.
Pero lo cierto es que Vicente Nieto Canedo comenzó ya con la esencia que marca su fotografía desde niño, en la Plaza de la Encina, con una cámara Kodak Baby Brownie de 13 pesetas, o mucho antes, con impresiones en papel sensible extraído de sobrantes del cinematógrafo.
Nieto Canedo está considerado uno de los máximos exponentes del Neorrealismo español en fotografía, gracias a sus expediciones los años 50 y 60 por los pueblos de toda la geografía captando cómo se vivía en ese país asolado tras la guerra civil.
Fotógrafo, por tanto, que acercó como pocos a la vida en la calle en la España de los 50 y 60. Es además un afamado artista del contraluz y genio de la imagen. Su estilo, confeso, está lejos de academicismos, Nieto Canedo fue un aficionado que acabó dirigiendo el boletín de la Real Sociedad Fotográfica e impulsó la llamada Escuela de Madrid. “Quisimos cambiar las formas, y lo conseguimos. La idea era mostrar la calle, o que pasa en cualquier momento a personas anónimas… la realidad”, explicaba en la inauguración de la exposición promovida por el Instituto de Estudios Bercianos en la Casa de la Cultura de Ponferrada en febrero de 2009.
